El 10 de agosto pasado, a Victoria Garay le informaron que el tratamiento oncológico al que había sido sometido su padre, Martín Garay, era dado por finalizado. Desde entonces, la joven que vive en Tierra del Fuego envió 10 solicitudes al Comité de Crisis puntano, todos fueron rechazados.
“Empezamos a tramitar todos los formularios correspondientes con documentación respaldatoria que acredita la enfermedad de mi papá, partida de nacimiento que certifica el vínculo, nos rechazaron porque no tenemos domicilio en Quines, que es algo lógico porque vivimos otra provincia”, aseguró en diálogo con el portal El Chorrillero.
“Gestioné la solicitud para salir de Tierra del Fuego y el gobernador Gustavo Melella nos otorgó el permiso inmediatamente”, dijo.
A su vez, se realizaron el PCR que resultó negativo en Covid- 19. En menos de 24 horas obtuvieron el permiso de circulación nacional para viajar en automóvil a San Luis junto su hermana, Antonella y su sobrino de 5 años.
“Mi papá ha perdido la lucidez, delira y tiene respiración asistida. Mi mamá es una mujer de hierro que junto a mis hermanos lo contienen y lo cuidan”, señaló con la voz entre cortada.
Martín Garay, de 61 años, y su esposa Graciela Gatica, emigraron hace unas décadas, como muchos jóvenes de la región, a trabajar al sur argentino. Hace unos años decidieron regresar a su tierra.
“Hoy corremos a contrarreloj, mi padre está sumamente grave, me gustaría que el Comité de Crisis, en vez de poner palos en la rueda, analice nuestro planteo y vea que el pedido es real”, manifestó Victoria.
Las hermanas no se darán por vencidas y harán hasta lo imposible para volver a abrazar a su padre, sin importar que eso signifique no poder regresar a su provincia hasta que abran las fronteras.
“Estoy pidiendo nada más que despedirme de mi papá, no me voy de vacaciones ni a pasear”, dijo.